“Sí son mayores de edad y no han terminado los estudios, se quedan”, dice María Estela Cuesta, del Comité de Adopciones del Icbf.
Muchos de ellos, ahora son profesionales y llevan una vida normal, con pareja e hijos.
Los niños que se quedan a vivir en el Icbf cuentan con posibilidades de formarse.